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lunes, 16 de enero de 2012

LOS SANTOS ÁNGELES. COMPENDIO DE DEMONOLOGÍA


LOS SANTOS ÁNGELES:
Nuestros Poderosos Defensores y su tarea sublime al servicio de la Creación.
Parte IV (de Cuatro Partes)

UN COMPENDIO DE LA DEMONOLOGÍA

Según la enseñanza de San Pselio, esta doctrina es el fundamento usado en la Santa IglesiaCatólica.  San Pselio divide a los demonios en seis clases:

1.-    Los demonios de fuego
2.-    Los demonios del aire
3.-    Los demonios de la tierra
4.-    Los demonios del agua
5.-    Los demonios subterráneos
6.     Los demonios nocturnos.    

1.-  Los demonios de fuego: dominan las regiones de los planetas y de los astros y se sirven de sus rayos para causar daño a las personas.  Todas estas influencias y las siguientes las utilizan los demonios tan solo dentro de ciertos límites permitidos por Dios.  Sin embargo su medida será siempre oculta a nosotros.  Bajo la influencia de estos demonios están: la magia negra, los astrólogos, aquellos que consultan las cartas, los dictámenes de los horóscopos, los espiritistas de diversas prácticas, porque ellos excluyen la responsabilidad de la voluntad. 

Declaración de un  demonio: “Para nosotros es lo mismo que estas prácticas sean usadas para los estudios, por curiosidad o también por juego, etc. Importante es para nosotros que sean hechas con libre voluntad, de esta manera se abre para nosotros una brecha en su espíritu”.

2.-  Los demonios del aire: ellos se sirven de las fuerzas de la naturaleza, de los rayos, del granizo, del viento, de la tempestad, de los tornados, etc., para causar daño a los hombres o para matarlos. 

En la carta a los Efesios San Pablo escribe: “Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del mal que están en las alturas” (Ef. 6, 12).  Por esto en caso de huracanes, tempestades, etc., se utilizaba el sonido de las campanas benditas, las bendiciones contra los temporales, el uso de las velas benditas, y sobre todo el uso del Agua bendita que se conocía ya desde el tiempo de los apóstoles y fue siempre practicada en la Iglesia Católica. 

3.-  Los demonios de la tierraellos realizan sus acciones dañinas en ciertos territorios, bosques, cuevas, ahora en el tráfico vial, para que las personas se pierdan o caigan bajo el veneno o los ataques de bestias salvajes.  

De la experiencia de un misionero en el Ecuador, donde hay muchas serpientes venenosas y animales salvajes, ninguna persona fue mordida por serpientes venenosas, siempre y cuando hubiera llevado consigo una medalla de San Benito bendecida, o mejor dicho: “Medalla de la Cruz”.  Jesús dijo a una persona escogida: “Hay de aquellos que no llevan consigo nada bendito”.  El demonio segundo en jerarquía, durante un exorcismo tuvo que decir: “Si los hombres de este tiempo invocarán más a sus ángeles custodios, que tienen también gran poder sobre nosotros, acontecerían menos desgracias pues en ellas estamos presentes”.  El uso de la medalla bendita de San Benito, o medalla de la cruz, no ha sido recomendado suficientemente, porque cuando es bendita recibe un particular exorcismo.

4.-  Los demonios del agua: arrojan a las personas en los ríos, en los lagos y en el mar en estado de embriaguez, volcando las barcas para que sean atacadas por los peces del mar, etc. En la antigua selva del Ecuador han sido vistos en los ríos perros negros y también jinetes negros.

5.-  Los demonios subterráneostientan sobre todo a los buscadores de oro, a los mineros, etc., ellos los impulsan mucho para que blasfemen. En 1937 en el territorio Ruhr aconteció una desgracia en la mina, por lo cual murieron 120 mineros, desgracia que la vidente Mamá Hibbeln había predicho.  Ella afirmó que la cosa más espantosa fue que la mayor parte de esto hombres se condenó, porque entraban blasfemando en las excavaciones, hacían su trabajo blasfemando y luego dejaban la mina también blasfemando.

6.-  Los demonios nocturnosarrastran a los hombres a cometer muchos pecados y delitos durante la noche. Como ayuda y defensa nosotros debemos sobre todo invocar y venerar al ángel Orphar de los Principados, “el ángel de la noche”.
El ritual romano contiene alrededor de 150 bendiciones y consagraciones. Por medio de todas estas bendiciones y consagraciones la Iglesia con el poder de Cristo, arrebata a los demonios y a los espíritus malignos, su fuerza y se sirve y recomienda de servirse de estos objetos benditos o consagrados para impedir daños o molestias a las personas.

De este breve compendio nosotros conocemos la importancia de la invocación y de la súplica a los santos ángeles.


I N R I  -  O R A C I Ó N

Una oración muy importante que Jesús mismo ha recomendado para este tiempo tan duro:


“Jesús de Nazaret, justísimo Rey, Rey de la justicia y de todos los justos, fuerza y poder de este título victorioso, protégenos y sálvanos de todos los enemigos visibles e invisibles y de todos los peligros.”
Amén.

El “Padre Nuestro” de Santa Matilde por las pobres almas.

El siguiente hecho que relatamos nos muestra el valor y la utilidad del “Padre Nuestro” de Santa Matilde por las pobres almas, hecho acontecido a una mujer favorecida por Dios en el día de la presentación de Jesús, el 2 de febrero de 1968. Aconteció en el lugar de las peregrinaciones de María Ensieldel (Suiza). Era pleno invierno, un día de trabajo, y la Iglesiaestaba casi vacía cuando una señora Aloisia Lech estaba rezando junto con sus parientes. Ella miró hacia el altar de las gracias y vio a una anciana religiosa vestida a la antigua moda. Ella se dirigió hacia la religiosa y ésta le entregó una papeleta. Sin pensar mucho ella se puso el papel en el bolsillo. 
Y he aquí que aconteció algo excepcional. Inesperadamente se abrió la puerta de entrada y con pasos livianos, como de espíritus, ingresó un ejército de pobres peregrinos mal vestidos y harapientos. La campesina fue muy sorprendida de como toda esa gente haya podido encontrar lugar.  Luego se fue por un instante a un lado para encender una vela. Cuando regresó, de nuevo a la Iglesia estaba como muerta. Llena de sorpresa ella preguntó a sus familiares cómo era eso y de dónde habían venido tanta cantidad de gente. Pero nadie de ellos  había visto dicha cosa y ni siquiera a la religiosa.  De ésta nadie se había dado cuenta. Incrédula ella sacó enseguida del bolsillo la papeleta u hojita.
El escrito que ella tenía en la mano la convenció que efectivamente ella no había soñado, ese escrito contenía el texto de una plegaria que una vez el Salvador enseñó a Santa Matilde durante una aparición. Era “el Padre Nuestro” de Santa Matilde para las pobres almas.  Cada vez que Santa Matilde rezaba esta oración ella veía ejércitos de jóvenes almas entrar al cielo.

Padre Nuestro que estás en los Cielos…

Yo te suplico, oh Padre Celestial, perdona a las pobres almas del purgatorio porque ellas no te han amado como su Señor y Padre que por Tu amor y generosidad habías acogido como hijas, y no Te han rendido ese amor que Te correspondía, sino que con el pecado Te han echado de su corazón, donde Tu querías habitar para siempre. En reparación de esas culpas yo te ofrezco ese amor y ese honor, que Tu Unigénito Hijo Te ha tributado durante su vida terrenal, y todas las obras y las penitencias y las reparaciones con las que Él ha lavado y expiado todas las culpas de los hombres.  Amén.

Santificado sea tu nombre…

Yo te suplico incesantemente, Clementísimo Padre, perdona a las pobres almas, porque ellas no siempre han sabido respetar y honrar Tu Santo Nombre, sino que a menudo lo han tenido irreflexiva y superficialmente en los labios y con una vida pecaminosa se han hecho indignas del nombre de cristianas. En satisfacción de estos pecados yo Te ofrezco el honor que Tu amado Hijo Te ha dado en la tierra con su Palabra y acciones y ha glorificado Tu nombre.  Amén.

Venga a tu reino…

Yo te ruego oh, Clementísimo Padre, perdona a las pobres almas porque ellas no siempre han deseado ardientemente Tu Reino, donde solo está la verdadera paz, el verdadero descanso. En reparación de la superficialidad en realizar el bien, yo Te ofrezco los santos anhelos de Tu Hijo, con los cuales El busca, desea y quiere que ellas también sean coherederas de Tu Reino.  Amén.

Hágase Tu voluntad en el Cielo como en la tierra…

Yo Te ruego, Clementísimo Padre, perdona a las pobres almas, porque ellas no han sometido su voluntad a la Tuya y no siempre han tratado de realizarla en todas las cosas, sino que a menudo han vivido según sus gustos, a su manera, han obrado y se han comportado contra tu Querer.  Por su desobediencia yo Te ofrezco una perfecta unión del corazón muy querido de Tu Hijo con tu Santísima Voluntad y su profunda sumisión, habiendo sido El obediente hasta la muerte. Amén.

Danos hoy nuestro pan de cada día…

Yo Te ruego, Padre Bueno, perdona a las pobres almas porque ellas han recibido muchas veces el Santísimo Sacramento del Altar sin un vivo deseo, sin atención, sin ardiente amor y hasta indignamente, y con gran descuido al recibirlo. Por todos estos pecados suyos yo Te ofrezco la gran Santidad y Devoción de Jesucristo, Hijo Tuyo, como también su ardiente Amor, con el cual nos ha entregado este bien tan adorable.  Amén.

Perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores…

Yo Te ruego, amadísimo Padre, perdona a las pobres almas del Purgatorio todos los pecados de los cuales están cargadas, de los siete pecados capitales, y sobre todo, porque ellas no han amado a sus enemigos y no los han querido perdonar. Por estos pecados yo Te ofrezco, la amorosa plegaria, que Tu Hijo Te ha dirigido desde la Santa Cruz por todos sus enemigos.  Amén.

Y no nos dejes caer en la tentación…

Yo Te ruego, clementísimo Padre, perdona a las pobres almas porque ellas muchas veces no han opuesto ninguna resistencia a las tentaciones y a sus pasiones sino que han seguido al enemigo maligno y han satisfecho los deseos de la carne.  Por toda esta variedad de faltas y pecados yo Te ofrezco su Santísima Vida, sus fatigas, su trabajo y su amarguísima Pasión y Muerte. Amén.


Fuente: “Santos Ángeles, nuestros Poderosos Defensores y su tarea sublime al servicio de la Creación”, Heinrich Kreuzer, Librería Espiritual, Quito, Ecuador.

LOS SANTOS ÁNGELES Y NUESTROS CUSTODIOS


LOS SANTOS ÁNGELES:
Nuestros Poderosos Defensores y su tarea sublime al servicio de la Creación.
Parte III
San Miguel Arcángel

Nuestra oración hace bajar a los ángeles custodios al Purgatorio.

También una persona sencilla puede hacer bajar al Ángel custodio o a los Santos ángeles al Purgatorio. Ellos pueden llevar consuelo a las pobres almas. Ellos no bajan sin embargo hasta a los más bajos. Allá tan solo pueden bajar por medio de la autorización del Altísimo, porque estas almas han pecado mucho, verdaderamente mucho.  En cambio ellos pueden bajar a los otros grados para llevar consuelo a las pobres almas.

La ayuda de la oración para las pobres almas será también de provecho para el que ha rezado.

Cuánto debemos esforzarnos para actuar de otra manera. Oh, vosotros hombres tenéis tanta oportunidad y hacéis tan poco, tan poco. Vosotros pasáis indiferentes y fríos cerca de las tumbas de aquellos que un tiempo estuvieron cerca de vosotros o tal vez han sido amigos y eran activos y fueron hábiles y tuvieron éxito en sus negocios, fueron sanos y fuertes como vosotros, tal vez por otras cosas no se los olvida, pero se olvida decir una oración por ellos.  Se deberían hacerlo ahora en este tiempo pero ya no quiero hablar más.

(1)  N.T.: En muchos países en la Fiesta de los Santos, de los difuntos, en Navidad y en Pascua se acostumbra encender velas o cirios benditos y colocar coronas sobre las tumbas y llevar agua bendita y echarla sobre las tumbas y hacer particulares oraciones.

E.-  En nombre de la Santísima Trinidad

D.-  En el mes de los difuntos y sobre todo el dos de noviembre por la noche se deberían dedicar un par de horas a la oración para las pobres almas si es posible y si la salud lo permite. Hay también unos libros como la “Filotea de los difuntos” y otros con muchas oraciones para las pobres almas y son oraciones con indulgencias, esto es oraciones que tienen unas indulgencias o reducción de la pena correspondiente a la indulgencia una vez concedida a quien hacía o a quien había hecho determinados días o meses o años de penitencia. Rezar estas cortas oraciones contenidas en este librito o manual de oraciones para los difuntos o Máximas eternas no sería un sacrificio ni una fatiga muy grande y las almas os quedarían agradecidas, rezando a su vez por vosotros, por vuestra perseverancia en el bien y en el buen camino y para que vosotros mismos no tengáis que quedaros tanto tiempo en el Purgatorio.  Y esto lo pueden hacer y no lo hacen.  Es un loco, un tonto, un irreflexivo, un perezoso, un negligente, aquel hombre que no ha hecho todo lo posible para aliviar a las pobres almas.

O R A C I O N E S

Fueron recomendadas por el Cielo las siguientes oraciones para alcanzar más gracias y más ayuda por las personas, la Iglesia y las pobres almas.

“Santo Ángel del día, tu nombre Dios lo sabe,
Santo del día y vosotros todos los Ángeles y
Santos de cada día y tú mi Ángel custodio haced
bajar sobre nosotros, todas las gracias que necesitamos,                 
para la Santa Iglesia y para todos los
Hombres.  Rezad también a todos los otros Santos ángeles y Santos para que en el día vuestro, Recen por nosotros”.                 

Después de la Santa Comunión:

“Oh Señor, yo te he podido recibir hoy día. 
Todo el Cielo ha bajado hasta mí.  Yo no soy digno.
Yo te ofrezco esta Santa Comunión por esta persona y por la Santa Iglesia. Acuérdate sin embargo también y en particular de las pobres almas y sobre todo por aquellas más abandonadas y por las cuales nadie reza”.  Amén.



LOS TRES ARCÁNGELES:

MIGUEL, GABRIEL, RAFAEL

Encontramos dos lugares en la Sagrada Escritura que nos hablan de estos siete santos arcángeles:
1.-  En el Antiguo Testamento, en el Libro de Tobías (12-15): Yo soy Rafael, uno de los siete Santo Ángeles que están al servicio de Dios y tiene acceso ante el Señor de la Gloria.
2.-  En el Nuevo Testamento, San Juan en su Apocalipsis (1,4) dice: “Gloria, gracia y paz a vosotros de parte de Dios, que es, fue y será y, de los Siete Espíritus que están delante de su trono”.  Los siete Santos Ángeles fueron invocados ya en la Iglesia primitiva, especialmente a San Miguel, Gabriel y Rafael, y por eso son recordados y mencionados en la Sagrada Escritura.
A través de revelaciones fueron dados a conocer y se mencionaron también a los otros Santos Ángeles y fueron honrados en a Iglesia. Los siete Santos Ángeles tienen el extraordinario privilegio de estar delante del Trono de Dios. Por su profunda humildad y gran fidelidad en cumplir el Querer de Dios en la hora de la prueba, ellos han recibido y conseguido este privilegio.
Son y fueron aquellos que excitaron y guiaron a los ejércitos celestiales fieles al Querer de Dios y los guiaron hasta la última batalla.  
San Miguel, el jefe, con Gabriel y Rafael, guían la lucha con sus legiones para su Reina María en contra de los poderes infernales. Ellos luchan sobre todo en contra de los archidemonios, que desde el comienzo llevan a los hombres al delito, a los siete pecados capitales, a la soberbia, a la avaricia, a la envidia, a la gula, a la lujuria, a la pereza y a la ira. 
La invocación de los siete Santos Arcángeles y de sus legiones es de particular gran bendición y es necesario, sobre todo en nuestros tiempos actuales, en el tiempo final.

Siguen los tres Arcángeles.

San Miguel Arcángel: ¿“Quién es como Dios?”, este Arcángel combate el espíritu de soberbia y de ambición, El pecado original.  Con la humildad se vence la ambición y la soberbia. La humildad es un rebajarse voluntariamente a sí mismo, habiendo reconocido la propia debilidad (San Buenaventura). En medio a la indecisión de los ángeles en su prueba resonó el grito de San Miguel: “¿Quién es como Dios?” El se lanzó, con una fe firme en las palabras de Dios, en contra de Lucifer, hizo recapacitar a los ángeles que aun quedaban y creó la división: acá Dios, allá Lucifer. El se lanzó a la lucha no con sus fuerzas sino con la fuerza de Dios. 
El arrojó sobre Lucifer el Amor de Dios y su Divino poder y le transformó en serpiente, en espantoso dragón, con la fuerza del amor de Dios él precipitó al dragón, la antigua serpiente, en el abismo hasta el final de los tiempos, cuando él por orden de María, su Reina, lo arrojará en el punto más lejano de Dios.  
Desde el comienzo de la lucha en la Creación y hasta el final del combate él permanece en la Tierra. Por esto San Miguel es el Patrono de aquellos que luchan y de los moribundos.
Él acompaña a las almas en el juicio con una vestidura azul oscura y es el patrono del Sacramento del Santo Óleo. Con los que están por morir le invocamos a él y a todos sus ángeles. De Ángel custodio de Israel, San Miguel es ahora el Ángel custodio de la Santa Iglesia.
El Papa León XIII en una visión vio como enfurecía la acción del demonio en todas las regiones en contra de la Iglesia al final de los tiempos y luego San Miguel Arcángel, como venía a echar de nuevo al demonio con todos los ejércitos en el abismo infernal. Por esto el Papa mismo compuso una oración a San Miguel y ordenó que se rezara después de cada Santa Misa.
Por lo tantito es cierto y no aproximativo que la decadencia de la Iglesia y de la Santa Misa se debe a la supresión de esta plegaria y de la mención del Arcángel en el rezo del Confiteor. El lleva como su símbolo la balanza en la mano izquierda y la espada flameante en su derecha.
Su fiesta es el 29 de septiembre.

Oración a San Miguel Arcángel:

“San Miguel Arcángel ven en nuestra ayuda con tus ángeles.
Enseñanzas a creer en medio de las tinieblas.
Enséñanos a luchar con tu humildad.
Enséñanos a vencer en silencio y en la obediencia a Dios.
Enséñanos a amar y ser fieles como María.
Amén”.


El Santo Arcángel Gabriel: “Poder de Dios”combate la riqueza, el espíritu de codicia y el afán de ganar (Mateo 6, 19-34); (Lucas 19, 1-17).

Con la libre entrega por amor a Dios superamos este pecado. “Dios ama al que da con generosidad” (Proverbios 11, 24-22, 9-2da- Corintios 9, 6 y ss.). “Con la misma medida que ustedes midan, serán medidos” (Lucas 6, 38) “Hay más dicha en dar que en recibir” (de las palabras del Señor).

San Gabriel es el mensajero de Dios.  Dios le confió a él el mensaje de alegría más grande de la historia humana, el mensaje de la esperanza. En la plenitud de los tiempos, en el momento culminante de toda la creación él es el mensajero, al cual Dios confió el justo cumplimiento de su plan. A él Dios le dio la confianza de llevar a la tierra a María la purísima y más humilde sierva de toda la humanidad, el mensaje de la Encarnación de Dios, de su querido Hijo. El entró donde María y le dijo: “Haire Keharitomene – Ave oh bellísima, por la gracia que está en ti, el Señor es contigo”.  María se asustó frente a este saludo. San Gabriel adoró primero al Hijo de Dios hecho hombre en María y el mensajero de Dios cayó de rodillas. Zacarías en cambio tuvo que experimentar su rigor y su poder. Cuando él dudó de sus palabras en el anuncio de Juan, él lo encerró en el mutismo (Lucas 1, 18).

El es el fiel mensajero y ayudante de los Sacerdotes, de los Consagrados a Dios, de los Siervos y de las Siervas de Dios.
En su mano izquierda él tiene las rosas sin espinas, que le llevó a María y que volvió a florecer en María. 
Su fiesta se celebra el 24 de marzo.

Oración a San Gabriel Arcángel:

“Santo Arcángel Gabriel, ven con tus ejército.
¡Ayúdanos a saber servir! Ayúdanos a estar puros y preparados. Ayúdanos a ser lugar de descanso del Señor y de María.
Amén”.

El Santo Arcángel Rafael: “Medicina de Dios, o Flecha de Amor de Dios, desata su lucha contra el espíritu de la impureza, de la inmoralidad y de la falta de pudor.

Ya en la Salette en 1846 la Virgen dijo “Muchísimos conventos ya no son casas de Dios, sino pastos para Asmodeo”. Con la mirada hacia la Inmaculada, bajo su protección y su ayuda nosotros llegaremos a ser puros en el Cuerpo y en el alma y venceremos el pecado de la lujuria.  San Rafael es el ángel del amor, del consuelo de la salud, de la elección. Semejante a su amor, nuestro corazón tiene que subir como una flecha al Corazón de Dios, esconderse dentro y permanecer en él anclado para siempre. San Rafael nos ayuda a distinguir el verdadero amor, del amor fugaz.  El verdadero amor cubre todo con la dulzura. “El amor todo lo cree, todo lo espera, todo lo excusa todo lo aguanta” (1  Corintios 13, 7). El se regocija siempre en el Señor.  El amor es el vínculo del Espíritu Santo que abraza al  Padre y al Hijo y es Persona.  El lleva la potencia del amor del cual todo se deriva.
A él y a sus ángeles es confiado el sacramento del Espíritu Santo, la Santa Confirmación.
Como custodio de la Santa Confirmación y siervo del Espíritu Santo, el viste una vestidura de fuego flameante de amor.
El Arcángel Rafael acompañó al joven Tobías en su viaje.  El es el patrono de los viajeros, de los caminantes, y prófugos, de los médicos, de la juventud, de los esposos y de los sacerdotes. El implora la gracia de la sabiduría, del intelecto, de la ciencia, del consejo, de la fortaleza, de la piedad, y del santo temor de Dios. Hay que invocarle en las decisiones importantes, en los viajes, en las operaciones, contra elecciones equivocadas, contra alimentos y medicinas envenenadas, contra toda falta de amor.
En su mano derecha lleva el bastón de peregrino y en la izquierda el vaso del ungüento. 
Su Fiesta se celebra el 24 de octubre.

Oración a San Rafael Arcángel:

“Santo Arcángel Rafael, ven con tus compañeros en nuestra ayuda.
Aumenta en nosotros tu fuerza y tu amor.
Haz que el amor de Dios y de la Inmaculada lleguen a ser en nosotros los vencedores del odio y de la impureza del Mundo”.  Amén.


(Continúa en la Parte IV: UN COMPENDIO DE LA DEMONOLOGIA)

LOS SANTOS ÁNGELES EXISTEN, TAMBIÉN EL INFIERNO


LOS SANTOS ÁNGELES:
Nuestros Poderosos Defensores y su tarea sublime al servicio de la Creación.
Parte II

Existe en verdad el Mundo de los Ángeles de igual manera que existe el Infierno.
D.-  Sí, existe el mundo de los ángeles, como también existe e infierno.  Pero tienen que darse a conocer sus nombres, de igual manera que hay que dar a conocer el Infierno, yo lo tengo que decir, esto es, tengo que afirmar que existen otros ángeles, el mundo demoníaco, esto es la existencia del Infierno, sí, el Infierno existe.
Se deberían también dar a conocer los nombres de los ángeles de cada día y de los Arcángeles. Naturalmente se pueden también invocar a los ángeles en general, pero si uno sabe en qué día y qué tarea propia del ángel de ese día fue puesto para esta determinada tarea con todo su poder.
Entonces en cada caso habría que invocarle en este camino y con plena intensidad. De igual manera poco se sabe acerca del otro lado del universo o de un planeta. Se sabe tal vez que existe, que está allá arriba, que resplandece, pero no se sabe con precisión qué función tenga al final.
(1)  NT: Se refiere a la Vidente que recibió los Mensajes de la Obra angelical.

Y así es también con respecto a los ángeles. La gente siempre está atenta a ciertas impresiones y a tener un conocimiento preciso. Por esto  han sido revelados estos  ángeles a una mujer favorecida para que conduzcan a una vida muy buena para estos tiempos finales, y para la difusión en todo el mundo. No es por mandato del Cielo y del Altísimo que solamente algunos consagrados pueden invocar a los ángeles. Dicha actitud sería y de hecho es insuficiente todavía. ¿Acaso que el Altísimo no ha creado los ángeles para todas las hierbas y flores, las piedras, las montañas, los animales, las plantas y los campos?

Así es que los ángeles, tienen que ser invocados para los tiempos finales: Son verdades incomparables que los ángeles tienen que ser invocados como un peso o contrapeso contra el infierno en estos últimos tiempos.

D.-  Hoy he tenido que hablar mucho de los ángeles. Por esto tiemblo de tal manera desde el principio, apenas se toca ese punto y yo ya no quiero hablar de ello. Son verdades incomparables de la Reina de los ángeles y permisividad del Cielo y de la Santísima Trinidad, para que nosotros, en el Infierno provoquemos y causemos mucho mal, sobre todo ahora y para que vosotros como contrapeso no crezcáis y nunca invoquéis suficientemente a los santos ángeles, a los ángeles de cada día, los de las parroquias y los de las Diócesis, de las iglesias o capillas donde se celebra la Santa Misa.  También aquí está presente un ángel especial durante esta Santa Misa. He hablado.  Dad gracias al Altísimo y no dejéis de hacer sacrificios y esfuerzos para dar a conocer este pensamiento aunque se burlen de vosotros. Es la Verdad, la plena verdad, como yo, Belcebú  tuve que decir por mandato del Cielo de una manera tremenda como yo nunca hubiera querido! Hubiera preferido en este día estar atormentado allá abajo en el Infierno por el mismo Lucifer, en lugar de haber tenido que decir estas cosas para utilidad vuestra y bendición y para nuestra maldición y confusión.
En contraposición a esto también tengo que decir lo que debéis hacer en estos tiempos finales, desde el momento que nosotros podemos atormentar y crearos serios problemas, para que a pesar de todo esto, vosotros podáis vivir en la imitación de Cristo y permanecer en este camino.  He dicho.

EXORCISMO DEL 1º DE NOVIEMBRE DE 1982

E.-  En nombre de la Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo ordeno que me digas la verdad, tan solo la verdad, y que calles sobre todo lo demás.  En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Los Arcángeles y los Grandiosos y Poderosos Coros de los Ángeles.
D.-  Yo tengo que decir que los siete Arcángeles tienen sobretodo que ser invocados por su nombre. La gran importancia de su oración, de su ayuda, y su compromiso son inestimables y sublimes. Yo no hubiese querido hablar en absoluto, pero tengo que hacerlo. Hoy estaré obligado, sorpresivamente obligado a hablar de los siete Arcángeles, de su ayuda, de su grandeza y como ellos pueden, de una manera especial, prestar su ayuda: y qué poderosos e inmensos coros están detrás de ellos más grandes y más pequeños. Pero también el ángel más pequeño es espantosamente grande y sublime. Nosotros tenemos un terror espantoso también frente a los más pequeños, sin hablar luego de los grandes. Por esto debéis invocarlos. Sí también se deberían dar a conocer a los ángeles y a los santos de cada día porque el ejército de los ángeles y cada ángel del día está presente para toda la humanidad; porque ahora es el tiempo de la gran aberración y nosotros aplastamos a los hombres y podemos hacerles un daño aun durante diez o veinte o treinta años.  Los tiempos en la actualidad han llegado a ser peores y también los asaltos del infierno. Por esto se deberían invocar a los ángeles de cada día.


La Inmaculada es la ayuda más grande para la Juventud en la lucha por la pureza…

E.-  En nombre de Dios…


D.-  Una vez más tengo que hablar acerca de la Inmaculada. Es un hecho infinitamente triste, como ya he dicho otras veces, el que la Inmaculada, como tal, ya no sea más honrada y venerada en el sentido más profundo.  Es infinitamente triste y deprimente que en la misma Lourdes, la ciudad de la Inmaculada, la estatua haya sido despojada de su aureola con su título: “Inmaculada Concepción”. Y esto tan solo porque los hombres le han quitado este título o por lo menos la quieren deshonrar! Es un hecho que debería ser castigado legítimamente. ¿Pero quién piensa o se preocupa de ello? Muchos jóvenes han dirigido su mirada suplicante a esta Mujer infinitamente pura y han obtenido de Ella la ayuda necesaria. Pero si en Lourdes es quitado su título de honor de su estatua, que llevaba como aureola sobre su cabeza, no por eso son reducidos sus favores y gracias,  pues Ella es la más alta entre todos los santos.

San José después de la Inmaculada es el Santo más grande en el Cielo.

Después de Ella, viene su santo esposo San José, el cual como ya hemos afirmado y tuvimos que hacerlo, es el santo más grande en el Cielo después de la Santísima Trinidad y dela Inmaculada. Como hombre, él es después  de Ella el más puro, el más grande, el santo inmensamente más grande. El ha sufrido mucho más de lo que se pueda pensar. Las pruebas cayeron sobre él con una violencia indecible y sobre sí tuvo que levar una gran responsabilidad en aquel entonces.  En su juventud, permaneció solo, hasta que pudo llevar como esposa suya a la Santísima Virgen. Grandes pesos y tribulaciones él tuvo que soportar para llegar a ser digno de ser escogido por el Altísimo como esposo de la Purísima. Nadie fuera de él logró serlo, y nadie fuera de él podía ser tan digno.
Proporcionalmente digno de una Sublime Esposa de Dios! Y sobre la Tierra se tiene el valor de quitar o disminuir Su título a una Virgen tan sublime y santísima.
No bastan los King, Haag y compañía, sino que hasta los obispos y los modernistas* se atreven a quitarle Su título que es UNICO! Hasta San José está amargado de ello. (¿Pero quién se preocupa? ¿Los obispos? Hay quién habla siempre de los derechos del hombre y nunca es capaz, digo nunca, de hablar de los Derechos de Dios y de Aquella que ha dado al Mundo al Hijo de Dios hecho Hombre ¿Ella no tiene derechos? ¿Tan solo tiene derecho de ser blasfemada???) San José es después de María el más Santo que reina en el Cielo, mil veces más Santo de todos los otros santos, que siguen, y que ya hemos tenido que hablar en otro momento.

*modernistas vs. La Virgen

El gran ejército de los Santos Ocultos.

Hay además en el Cielo miles de Santos cuyos nombres son poco o nada conocidos. Los cuales sin embargo también han sufrido mucho, luchado, resistido y han salvado a muchas almas, cosa que la gente no sabe y no conoce.  También estos Santos deberían ser invocados junto con los santos de cada día.  Este humilde ejército de Santos que han seguido al Señor en las penas del Huerto de los Olivos, en el gran sufrimiento de la noche “oscura”, soportando dolores, renuncias y pesadas cruces y que por nada son conocidos o nada se sabe de ellos en el mundo.
Los santos de cada día son particularmente poderosos intercesores en el día de su Fiesta; aun Ana Catalina Emmerich habla de las celebraciones onomásticas de los Sanos en el Cielo junto a las que se hacen en la tierra. Según la costumbre antigua, los Santos del día debían ser invocados y celebrados solemnemente, puesto que estas fiestas tienen un particular valor en el Cielo. Nosotros, en el Infierno, sabemos muy bien que este día el tal o la tal Santa celebra y debemos estar atentos, porque este Santo o Santa es particularmente poderoso en ese día.
Nosotros en el infierno tenemos que armarnos y estar muy vigilantes. En las celebraciones modernistas como hay ahora, ellos han sido degradados o eliminados y nosotros ya no nos preocupamos mucho. Hoy no se celebra su fiesta en la tierra y por lo tanto tampoco es honrado de una forma particular en el Cielo. Y esto es grave. Y ¿quienes son los responsables de esta horrenda degradación, de esta matanza? Sino ciertos “liturgistas”, que son más ciervos de Satanás que de Dios.
Ya no quiero hablar más…

E.-  Y sin embargo tú tienes que hacerlo en nombre del Padre…

D.-  Hoy tengo que insistir aún más y decir que los hombres son unos tontos e insensatos, porque no suplican a todos los Santos para que oren mucho por las “pobres almas” (1) porque en su día se puede obtener por Su intercesión ayuda para las pobres amas. Además las pobres almas tienen una particular participación en la solemnidad del Santo o Santa del día y pueden ser aliviadas de sus penas por la intercesión de los Santos si éstos son invocados por la gente. Se debería rezar sobre las tumbas como se lo hacía una vez en el día de los Santos y de los difuntos. Yo no quisiera decir estas cosas y no lo hago de buena gana. Las indulgencias una vez concedidas por los Papas, valen para siempre, y no pueden ser retiradas.

La gran ayuda que un tiempo se prestaba a los difuntos.

Antes había centenares, millares de pobres almas que en estos días podían dejar el Purgatorio y lo podían conseguir gracias a las indulgencias que los Papas de entonces habían concedido. Pero había muchas más ayudas para las pobres almas: había personas, sobre todo los católicos, que a menudo pasaban toda la noche por los corredores de las tumbas, rezando cerca de un sarcófago de los difuntos, puesto que ésta era la costumbre. Entonces los difuntos tenían el gran alivio por las oraciones de sus parientes y amigos. La gente de todo un pueblo se reunía en oración cuando había un muerto. Y así los difuntos podían tener una  incomparable ayuda y debían a su vez implorar del Cielo muchas gracias para sus hermanos de la tierra.

(1) NT: “pobres almas”, las que se encuentran en el purgatorio

Gracias, que hoy prácticamente ya no se reciben más. Yo tengo que decir esto, porque mañana es la Fiesta de todos los fieles difuntos, esto yo no quería, pero Ella desde arriba me obliga a esto, porque Ella tiene compasión de las pobres almas y lo mismo también los Santos. Antes se pensaba en estos difuntos con lágrimas y oraciones. Pero ya no quiero hablar más.

Las cámaras mortuorias, las celdas frigoríficas se transforman en lugares de martirio para los difuntos, porque nadie reza por ellos.

E.-  En nombre del Padre…


D.-  Antes se usaba echar muchas veces el Agua bendita sobre ellos durante la noche; se estaba por así decir, cerca de ellos en el Purgatorio: Hoy todo es distinto, ahora los difuntos son olvidados lo más pronto posible y así uno puede dedicarse a otras cosas. Había una gran participación cuando el cadáver podía permanecer en la casa. Las pobres almas se quejan que ahora son llevadas en estas cámaras frías donde hay todo confort. Pero las pobres almas ¿qué consiguen de este lugar frío? Todo esto no les favorece en nada. Ellas desearían mucho más frescura para sus almas que están en el Purgatorio y sufren como pobres almas y tienen que soportar los tormentos.

Ellas sentirían calmado su dolor si las personas rezaran cerca de su cadáver, de su ataúd. Algunas veces se acostumbraba que la mayor parte de las personas que estaban en la casa o venían a dar el pésame, rezaban un Padre Nuestro o muchos, sobre estos cadáveres. Ellos se sentían impulsados a rezar por este difunto que estaba en el ataúd o en la cama o en el catafalco, porque lo querían así. Ahora van lo menos posible a la cámara mortuoria, que a menudo es también un lugar cerrado y hay que pedir primero la llave y así no hay comodidad para ir con mucha frecuencia. Se dice: “Yo lo he visto cuando era vivo, se bien como era. Se da una mirada, pero no se reza. Mientras antes se iba a las casas y se reunían las personas invitadas y se rezaba junto al cadáver. Entonces era una preocupación, casi una necesidad rezar por este difunto, porque así se le podía dar un alivio y una ayuda a aquellos que habían quedado y se podía por lo menos darles un consuelo. Se celebraban también muchas misas, aunque la gente de aquel entonces tenía mucho menos dinero disponible. 

Todo esto se ha desaparecido con estas modernidades. Por cierto que estas celdas frigoríficas o cámaras mortuorias no han sido los mejores inventos. No se causaría mucho daño a las personas si tuvieran que sentir también el olor de muertos. De esta manera podrían percibir más de cerca su fragilidad y la brevedad de sus vidas que un día también ellos se pudrirán y tienen muy poca razón para ser soberbios. Todo esto por cierto no les causaría daño alguno. Pesarían más el lado positivo, si este cadáver permaneciera en la casa, aunque tuviera que dejar cierto mal olor. Por cierto en las cámaras mortuorias refrigeradas no hay olor, pero tampoco un socorro o una ayuda de oraciones por los difuntos. Se pensaría también que un día se muere y recordar que entonces serás tú también traído a esta cámara mortuoria y nadie querrá ir a verte y rezar por ti.

Esta es una tremenda verdad, que debería hacer reflexionar y la gente debería preocuparse más de esto.  Sería mucho mejor para las personas aunque tuvieran que permanecer dos o tres noches junto a un cadáver que apesta y tuviera que rezar por esta alma, aunque por así decir, ella misma tuviese que sumergirse en la soberbia. Se rezaría mucho más, en vez de permanecer alejado en la propia soberbia. Cuando luego en su lugar oscuro ella envíe su mal olor al Cielo y deba estar en el purgatorio miles de años, o centenares o también tan solo un par de años. Cada una según lo que tenga que expiar, habrá rezado más delante del cadáver maloliente, y nadie piensa que todo hombre tiene que consumirse y pudrirse. A excepción de algún santo, para el cual el Altísimo ha permitido que no entrara en el estado de putrefacción. Pero éstos son ya unos Santos. Ellos tienen menos necesidad de las oraciones que aquellos que acaban de morir, que están desdichados y solos en los sarcófagos o en sus ataúdes y por los cuales nadie reza y casi son envueltos en el hielo de las cámaras mortuorias de donde surge el hielo del alma.

Dios no aprueba la cremación.

Ni siquiera las cremaciones son consideradas en el Cielo. Con la cremación todo es eliminado. De esta manera ni siquiera se puede llevar a este cadáver a la Iglesia o al cementerio y acompañarlo. Se reduce únicamente a un poco de polvo o de cenizas. La cremación no va según el pensamiento de Dios. Habría bastante espacio para los cementerios del mundo, si es que no se construyeran tantas autopistas, cosa que no tiene sentido alguno y a menudo sirven solo para el pecado. Sería mejor disponer de cementerios para estos pobres muertos en lugar de las autopistas o en el campo abierto. Y ni siquiera sería necesario disponer de mucho espacio para los hipódromos.

No se requeriría mucho para encontrar un lugar para construir los cementerios. Estos muertos encontrarían también espacio en la tierra, sin tener que ser cremados, es cuestión de querer solamente. Pero si desgraciadamente ya se llegó tan adelante en nuestro mundo modernista y en la Iglesia, por lo menos no se deberían olvidar estos muertos y comprometerse para hacer penitencia y reparación, rezar y ofrecer sacrificios para ellos, para estas pobres amas. No quiero hablar más…

E.-  En nombre de Dios…


D.-  Yo, demonio, tengo que manifestarles hoy esta tremenda y maldita verdad. Yo tengo que hablar, porque yo veo y sé cómo están las cosas.  Porque me obligan desde arriba a decir lo que yo veo, lo que yo se por así decir desde los eternos anocheceres. Yo tengo que hablar. Cada uno piensa tan solo en salvar su propio pellejo. Hoy uno preferiría no tener que enfrentarse con la muerte. Un par de flores, un adorno, esto es lo que se hace, porque se debe y esto se paga. Se prefiere pagar a un par de centenares de francos o veinte o cincuenta, en lugar de arrodillarse cerca de este cadáver y rezar al Altísimo y a los santos para que esta pobre alma pueda tener un poco de alivio.

“Dale Señor el descanso eterno, y brille para ella la luz perpetua, descanse en paz” Esta sigue siendo una de las oraciones que se pueden hacer por esta pobre alma, puesto que a nosotros, en el Infierno ya nada podemos hacer. Ya nada nos sirve. Nosotros estamos perdidos para siempre, por toda la eternidad y para siempre (gritos). Para nosotros no hay posibilidad de ninguna ayuda. En cambio las pobres almas, ellas gritan, suplican ayuda e invocan con grandes gritos a las personas y éstas pasan ciegas y sordas cerca de sus pobres almas atormentadas que un tiempo vivieron cerca de ellos o fueron sus amigos o parientes. Que vergonzoso y repugnante es portarse de esta manera. Sin amor, sin algún sentimiento por parte de estas personas, en la práctica la gente no les da ayuda alguna. ¿Qué son un par de oraciones dichas de prisa, un par de flores en comparación a este tormento de fuego que arde? Estos muertos deberían permanecer largo tiempo en el recuerdo. El rostro de los difuntos debería permanecer largo tiempo impreso al igual que sus almas que están en el purgatorio. ¿Pero a dónde llegó y qué es lo que ha hecho la humanidad y esta Iglesia para no acordarse ya más de las pobres almas? Eliminados los aniversarios, reducidas las oraciones de la Misa, las oraciones oficiales en la inhumación del cadáver, en los entierros. Es propio de la misma Iglesia como si fuera ella misma que no puede conceder el descanso a las pobres almas, de las cuales antes gozó su presencia. Estos pobres cadáveres se darían vueltas más a gusto en sus ataúdes y en sus fosas si pudieran hacerlo. Sin embargo ellos pueden suspirar, llorar, quejarse y lo hacen en el otro mundo, en el Purgatorio. De esto avisa a la gente y recordárselo, esto tenéis que proclamar en vuestros sermones. Ya no quiero hablar más…

E.-  Habla en nombre de Dios…

En cada Santa Misa hay que pensar en las pobres almas que se encuentran en tan grande tormento.

D.-  La gente debería en cada Santa  Misa, en particular, hacer memoria de las pobres almas, que tanto gritan y piden ayuda que ellas ya no reciben a no ser de estas personas que rezan por ellas.  Ellas obtienen ayuda del Cielo si es que se reza por ellas, reciben ayuda de la Altísima, porque, Ella tiene compasión, siempre y cuando ellos la hayan honrado y venerado en sus vidas.  De otra manera no permitirá que se les conceda ayuda, porque toda va allá y es ponderado según una rígida Justicia y una rígida ley. Los hombres han tenido un privilegio incomparable. Ellos pueden en todo momento pedir ayuda para las pobres almas. Naturalmente también La Virgen puede venir en ayuda y consolar y Ella puede rezar al Altísimo para que consuele a las pobres almas del Purgatorio.  Ella puede hacer esto, pero tanto más si los hombres rezan y la invocan y también los ángeles custodios. Por así decir, las pobres almas os reclaman; y yo estoy obligado a decir esta cosa yo.. el demonio.  La Virgen, y la Trinidad, y los Arcángeles lo quieren, porque ellos tienen compasión del gemido de las pobres almas, para que se pueda conseguir por lo menos una pequeña oración o un pensamiento por ellos.  Decídselo a los fieles esto, que ellos en cada  Santa Misa tienen que invocar a los santos del día, a los ángeles del día, al Altísimo en sus dolores sobre la cruz, a la Santísima Trinidad en su Majestad por las pobres almas. De estas hay que tener el recuerdo y el pensamiento.  Naturalmente en el Misal hay unas plegarias adecuadas para este fin. Sin embargo los fieles, sobre todo después de la Sagrada Comunión, tienen que orar todavía un momento extra para ésta o aquella persona y por la Iglesia. Recuerda sin embargo también de una manera particular a las pobres almas y a las almas más abandonadas.  Los fieles podrían decir: “Oh Señor hoy he podido recibirte. Y así todo el Cielo no ha venido donde mí. Yo no soy digno. Yo te ofrezco esta Santa Comunión por ésta o aquella persona y por la Iglesia. Acuérdate sin embargo particularmente de aquellas pobres almas y de las que son más abandonadas”  Esto habría que recordárselo siempre a las personas, porque las pobres almas son fácilmente olvidadas. Ellas están casi en el olvido.  Todos los hombres tienen que saber y no olvidar de rezar sobre las tumbas, porque es fácil liberarlas de allí. Un Padre Nuestro, un Ave María, un Gloria al Padre, “Señor dales el descanso eterno”, rezando con gran amor y sentimiento y una petición al Cielo para que el Altísimo las libere. Y entonces Él en Su Misericordia aunque ya estén tan cerca de Él, las liberaría y ellas serían perdonadas y liberadas. De esta manera, vosotros  hacéis a las pobres almas un gran favor, puesto que ellas están día y noche en su tremendo dolor.  Mientras que para vosotros no cuesta gran cosa salir en su ayuda.

Velas benditas y agua bendita traen alivio a las pobres almas…

Sobre todo durante el mes después de la Fiesta de todos los Santos y de los difuntos, encender velas benditas sobre las tumbas y las almas experimentan refrigerio y consuelo. Es bueno hacer esto durante todo el año cuando se hace la señal de la cruz con el agua bendita, hacerlo también para los difuntos. También los cirios benditos, pero benditos.  Las pobres almas imploran siempre mucha ayuda. Y también la pequeña velita es siempre mejor que nada. Para ellas entonces es lo mismo que para uno encerrado en una cárcel atado de pies y manos y atormentado y que no se puede mover, he aquí que por medio de una vela bendita él ve una pequeña luz por fin de claridad en la ventana que brilla y alguien que le dice:  “Animo.  Sé firme.  Un día saldrás”  Has pecado porque has querido y así has venido acá por tu culpa, pero he aquí que se enciende una luz que te dice: “Un día saldrás”.  Así una vela bendita y el agua bendita actúan aliviando el sufrimiento y el abandono de las pobres almas. (1) (Continúa Parte III en: Nuestra oración hace bajar a los ángeles custodios al Purgatorio).